domingo, 5 de febrero de 2023

 LA NOVELA DESDE 1939 A 1975: TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS



Al acabar la Guerra Civil, comenzará la dictadura del general Francisco Franco, que se prolongará hasta su muerte en 1975. Las libertades sufren un recorte desmesurado, que se ve en la supresión del sufragio universal, la imposibilidad de asociación en sindicatos, restricción de derechos de reunión, leyes de represión contra comunistas, masones, republicanos, etc., estricta censura, control educacional en manos de la iglesia, eliminación de los referentes literarios no afines al pensamiento franquista, un frenazo a los logros obtenidos por los derechos de las mujeres, que volverán al ámbito doméstico y a depender completamente de padres o maridos…En cuanto a la literatura, el régimen posterior supuso un corte muy profundo con la tradición inmediatamente anterior, por lo que quedan abandonadas las tendencias renovadoras y experimentales impulsadas por los novelistas de la Generación del 98 (Baroja, Unamuno, Azorín o Valle-Inclán) y por los autores del novecentismo o la vanguardia (Gabriel Miró, Benjamín Jarnés, etc.). Durante estos años se darán varias etapas:

En esta primera etapa
 (1939-1950) nos encontramos con:

-La novela 
ideológica, escrita por y para el bando de los vencedores en la GC. Se exalta, entre otras cosas, el nacionalismo y el catolicismo. Autores como Rafael Sánchez Mazas, José María Gironella o Gonzalo Torrente Ballester. El propio Franco, bajo seudónimo (Jaime de Andrade) escribirá Raza.

-La novela 
en el exilio, escrita por los vencidos desde fuera de España. El tema central de sus novelas es la guerra. Destacamos Réquiem por un campesino español (1953), de Ramón J. Sender, la tetralogía de Francisco Ayala La cabeza del cordero (1949), que recoge toda la problemática de la guerra, posguerra y exilio, y El laberinto mágico (1943-1968) de Max Aub.
-La novela 
existencial, cuyas características serán los temas referidos a la miseria y sordidez de la vida cotidiana, la frustración y la angustia personal, la soledad y la muerte; personajes desarraigados o marginados; la técnica narrativa será similar a la novela realista. De todas ellas destaca Nada (1945), de Carmen Laforet. Dentro de esta corriente, nos encontramos también con la novela tremendista, ambientes, situaciones y personajes extremos, repletos de gran dureza y violencia. Cercano a lo que sería el Naturalismo de Emile Zola, pero llevado al límite. La familia de Pascual Duarte (1942), de Camilo José Cela sería el ejemplo perfecto de esta forma de contar.
-La novela de 
humor y fantasía, donde se crean mundos imaginarios para evadirse de una realidad muy dura y terrible. El bosque animado (1943), de Wenceslao Fernández Flores es la novela que mejor recoge este tipo de tendencia.

En esta segunda etapa
 (1951-1961) vemos que, según se avanza en el tiempo, la literatura se va alejando de los modelos de la década anterior y la corriente que va a predominar durante esta época será la del realismo social. Etapa que inaugura Camilo José Cela con la publicación en Argentina, por culpa de la censura, en 1951 de La colmena. La novela, ahora, es vista como un testigo directo del momento histórico que se está viviendo, reflejando el compromiso sartriano de denuncia social y política. Dentro de esta novela social, se suele distinguir dos corrientes distintas:
- El realismo 
objetivista y conductista, corriente donde el narrador desaparece, mostrando una despreocupación por la belleza expresiva de las palabras, dejando que sean los personajes los que se presenten a través de sus palabras y sus actos, predominando la técnica del diálogo, con un personaje colectivo, que representa a un sector de la sociedad, condensación espacial y temporal, y una estructura lineal, donde los acontecimientos se desarrollan sin anticipaciones ni saltos en el tiempo. La obra más importantes de esta corriente será El Jarama (1955), de Rafael Sánchez Ferlosiola crónica de un domingo de ocio junto al río Jarama de una pandilla de amigos y sus charlas banales y la ausencia de futuro..
- El r
ealismo crítico comparte muchos de los rasgos del objetivismo, pero incrementa su intención social. Los temas de esta narrativa se encuentran en la sociedad española de los años 50 (el mundo rural y sus retrasos, el mundo obrero, los emigrantes, los burgueses despreocupados, los suburbios y su miseria…).

Esta tercera etapa 
(1962-1970) rompe por completo con la estética del realismo social, que decae porque los autores se dan cuenta de que con la literatura no se puede provocar un cambio social. Las claves para entender este cambio hay que buscarlas, sobre todo, en la llegada, por fin, a España de los grandes autores extranjeros, verdaderos renovadores de la literatura en el siglo XX (KafkaJoyceFaulkner…) y del descubrimiento de la narrativa hispanoamericana con Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar y Gabriel García Márquez a la cabezaTodo ello da lugar a la novela experimental. En ella, el autor destruye lo que se habían considerado características básicas de la novela. Ahora se usa más de un narrador, incluyendo el de segunda persona, el tiempo se presenta desorganizado, renovación del léxico y de la sintaxis, así como la presentación gráfica de alguna de estas obras (diferentes tipos de letra, sin puntuación, doble columna, …), se introducen elementos extraños a la novela (como anuncios, informes, esquemas, ...), por mencionar tan sólo algunas de las nuevas técnicas. Esta literatura exige un lector nuevo, que realice una lectura activa y creadora y que solucione el rompecabezas que parece ser la nueva narrativa.
La novela que abre este periodo es Tiempo de silencio (1962), de Luis Martín Santos
Otras obras importantes son Cinco horas con Mario (1966), de Miguel DelibesSeñas de identidad (1966), de Juan GoytisoloÚltimas tardes con Teresa (1966), de Juan Marsé; o Volverás a Región (1967), de Juan Benet.

De esta última etapa predemocrática
 (1970-75), podemos destacar, siguiendo la misma línea de experimentación, Reivindicación del Conde don Julián (1970), de Juan Goytisolo o La saga/fuga de J. B. (1972), de Gonzalo Torrente Ballester. Poco a poco, los autores se van centrando más en la trama  y se vuelve a una estructura más simple, lineal y tradicional, surgiendo muchas tendencias (novelas policiacas, aventuras, intriga, fantásticas, ...). Los autores y obras más destacados de esta época son  La verdad sobre el caso Savolta (1975), de Eduardo Mendoza, Si te dicen que caí (1973), de Juan Marse y la saga iniciada en 1972 del detective Pepe Carvalho con Yo maté a Keneddy, de Manuel Vázquez Montalbán.
Aquí comenzarán diversos itinerarios de las novelas relacionados directamente con lo que las editoriales consideran para alcanzar el éxito con los incipientes lectores que surgirán en democracia.

LA NOVELA DESDE 1975. TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS PRINCIPALES


Tras la muerte del general Franco en 1975, España transitará hacia la democracia. Adolfo Suárez, presidente del gobierno, será el principal protagonista de la llamada Transición. Se legalizan los partidos políticos prohibidos, muchos exiliados regresan al país, desaparece la censura, tienen lugar las primeras elecciones generales y en 1978 se firma la Constitución.

Desde el punto de vista literario, no es sencillo hacer un panorama general que englobe todas las tendencias que se abren en este periodo, lo que sí está claro es que la novela será el género predilecto, algo que hará que se convierta en un objeto de consumo, por lo que el mercado editorial condicionará las directrices literarias en pos de un lector ávido por adquirir los libros más vendidos –best sellers- en los grandes almacenes debido a su popularidad y no tanto a su calidad.

A pesar de la enorme variedad de tendencias, el rasgo más notable de este periodo será la recuperación de la trama argumental, contar una historia sin más, una vez superada la etapa experimentalista de los años 60. Eso sí, la ambientación realista tendrá el objeto de servir de marco verosímil de las preocupaciones de los personajes, que rara vez se proyectan más allá del límite de su entorno familiar o círculo de amistades. Se puede hablar de este modo de una novela posmoderna en la que los novelistas renuncian a cualquier interpretación o explicación totalizadora del mundo, y los problemas que plantean no trascienden la individualidad de sus protagonistas. Se observa un claro neorromanticismo, en el que se dan protagonistas solitarios y desolados, que tratan frecuentemente cuestiones de tipo existencial, con el amor y la muerte como los dos grandes temas sobre los que gravita todo, incapaces de comprender el mundo que les rodea y ante el que se muestran dubitativos y paralizados.

El punto de inflexión con la etapa anterior lo marca Eduardo Mendoza con “La verdad sobre el caso Savolta” (1975), recuperando la narratividad, situando su historia en la Barcelona de 1917-18 para contarnos, a través de tres puntos de vista diferentes (el del protagonista, el del narrador omnisciente y los documentos propios del juicio celebrado diez años más tarde), los avatares de Javier Miranda y la muerte de del industrial Savolta. Mendoza se vale también de la parodia de las novelas policiacas con la saga iniciada en “El misterio de la cripta embrujada” (1978), y que, a día de hoy, tiene cinco aventuras más protagonizadas por este singular personaje del que no conocemos el nombre.

En el género policiaco, además de Mendoza, destaca Manuel Vázquez Montalbán, con la saga del detective Pepe Carvalho, Lorenzo Silva, con las aventuras de sus dos guardias civiles, el sargento Bevilacqua y el cabo Chamorro, o Antonio Muñoz Molina.

La novela histórica vuelve a suscitar interés, ya sea ambientada en el pasado lejano, Miguel Delibes con “El hereje” o Arturo Pérez Reverte” con la saga de “El capitán Alatriste”, o cercano, Eduardo Mendoza con “La ciudad de los prodigios” o José Luis Sampedro con “Octubre, octubre”.

La novela lírica muestra un tono más intimista y sugerente, con mayor tendencia al lenguaje poético. Se ve muy bien en Julio Llamazares en “La lluvia amarilla”, o en Francisco Umbral en “Mortal y rosa”. También encontramos autobiografías, novela de aprendizaje que entroncan directamente con esta manera de contar. Javier Marías en “Todas las almas” o “Corazón tan blanco”.

La metanovela cae en contar el proceso de creación de la historia y la propia historia, literatura dentro de la literatura que tanto gusta a Juan José Millas “El desorden de tu nombre” o Carmen Martín Gaite con “El cuarto de atrás” entre muchos otros.

La novela realista, de la memoria o del testimonio, con una perspectiva amplia y abierta, abarcando también el mundo onírico y un punto de vista irracional o absurdo, como sucede con Luis Mateo Díez y “La fuente de la edad”, o Rosa Montero con “Te trataré como una reina”.

La novela culturalista, muy heterogénea y diversa, pretende explicar aspectos de la cultura occidental desde un punto de visto erudito. “Larga carta a Francesca”, de Antonio Colinas, o “Las máscaras del héroe de Juan Manuel de Prada.

La novela joven y urbanita, estética cercana a la contracultura, historias que plasman a unos protagonistas inmersos en sus problemas de juventud en la ciudad y la ausencia total de futuro o esperanza. “Héroes”, de Ray Loriga, o “Amor, Prozac y dudas”, de Lucía Etxeberría.

Habría muchos más autores y tendencias, pero es imposible recogerlos todos.

viernes, 20 de marzo de 2020

NO ERES UN ÁNGEL, ERES UN IMBÉCIL




Entre el torrente televisivo de anuncios de perfumes de las pasadas Navidades sobresalía uno especialmente mostrenco. Voy a resumir la historia, aunque no diré la marca porque no quiero hacerles propaganda. Chico guapo le dice a chica bella: “Un día me amarás y otro me odiarás. Nunca sabrás dónde estoy ni dónde vivo. No soy un ángel. Ahora ya lo sabes”, ante lo cual la bella se derrite de pasión y le morrea ávidamente. O sea, otro cansino guiño al supuesto atractivo de los chicos malotes, otra frívola y petarda exaltación de los hombres dañinos tipo sombras de Grey. El mensaje es: ¿Te hace sufrir? Guau, qué tipazo tan interesante, eso sí que es pasión, intensidad y amor de película.
Resulta todo tan obvio y tan tramposo que hasta puede parecer inofensivo. Pero lo malo es que llueve sobre mojado: según las encuestas, uno/una de cada tres jóvenes españoles entre 15 y 29 años consideran normal o inevitable controlar a su pareja; y un 27,4% del mismo abanico de edad piensan que la violencia de género es normal dentro de una relación sentimental. Ahora añade a estas cifras aterradoras el machacón mensaje publicitario, el modelo aspiracional de esos dos jóvenes tan guapos, la guinda del coche descapotable y esa normalización e incluso mitificación del amante que no es un ángel (y que por consiguiente es un demonio). Si tenemos en cuenta que en 2017 han muerto 55 mujeres en España víctimas de la violencia de género, además de ocho niños que también han sido asesinados por los maltratadores de sus madres, ese casposo anuncio tiene muy poca gracia.
La idea de que el amor peligroso, el amor dañino, es mucho más intenso, más puro y fascinante es una vieja creencia que ha causado infinitos sufrimientos. (…)
Pero para conseguir erradicar la violencia en la convivencia, hay que desmitificar el perverso romanticismo del sufrimiento. Los celos, sean de él o de ella, no son un signo de amor, sino de enfermedad. Llorar por una relación sentimental no es una medida de su intensidad, sino de que algo va muy mal. Y sobre todo nosotras, las mujeres, a quienes el machismo nos ha convertido en víctimas principales de esta engañifa, tengamos claro que los chicos malos son simplemente eso, egoístas, sexistas, groseros, insufribles, quizá incluso peligrosos psicópatas. Y que no les vamos a cambiar, aunque nos creamos sus redentoras. El sapo seguirá siendo toda la vida un sapo por más que lo beses. Yo también tuve a los 24 años un novio que me dijo: “Me dejarás, como todas. No serás capaz de soportarme”. Y yo, necia como tantas, pensé que lo salvaría de sí mismo. Al año comprendí que él tenía toda la razón y le dejé, tras haber aprendido para siempre que si un chico viene y te dice: “No soy un ángel”, hay que contestar: “Desde luego que no: eres un imbécil”, y seguir con tu vida sin él tan ricamente.
Rosa Montero, No eres un ángel, eres un imbécil, 21 de enero de 2018
https://elpais.com/elpais/2018/01/15/eps/1516033521_588715.html

1A - (1P) TEMA Y ESTRUCTURA DEL TEXTO
1B - (1P) RESUMEN DEL TEXTO
2A - (2P) TIPO DE TEXTO Y MODALIDAD DISCURSIVA. JUSTIFICACIÓN CON ELEMENTOS LINGÜÍSTICOS RELEVANTES
2B - (2P) ACTITUD E INTENCIÓN. JUSTIFICACIÓN CON ELEMENTOS LINGÜÍSTICOS RELEVANTES.

miércoles, 18 de marzo de 2020

SINTAXIS, SIN TAXIS EBAU 2017



Hola a todos, realizad esta pregunta de sintaxis tal y como vino redactada en la prueba de EBAU de 2017.

5. [1,5 PUNTOS] Señale el tipo y función, si procede, del que en las siguientes oraciones extraídas del texto:
a) Es curioso que todos prefieran creer que son los avances tecnológicos los que corrompen al espíritu humano.
b) Los peores son esos beatos que pretenden alejar a los niños de las tecnotentaciones.
c) Dicen que Román es un héroe porque conservó la serenidad.

lunes, 16 de marzo de 2020

ESTILÍSTICA DEL VERBO: EBAU, JUNIO 2017


BERNARDA: (Arrojando el abanico al suelo) ¿Es éste el abanico que se da a una viuda? Dame uno negro y aprende a respetar el luto de tu padre.
MARTIRIO: Tome usted el mío.
BERNARDA: ¿Y tú?
MARTIRIO: Yo no tengo calor.
BERNARDA: Pues busca otro, que te hará falta. En ocho años que dure el luto no ha de entrar en esta casa el viento de la calle. Haceros cuenta que hemos tapiado con ladrillos puertas y ventanas. Así pasó en casa de mi padre y en casa de mi abuelo. Mientras, podéis empezar a bordaros el ajuar. En el arca tengo veinte piezas de hilo con el que podréis cortar sábanas y embozos. Magdalena puede bordarlas.
MAGDALENA: Lo mismo me da.
ADELA: (Agria) Si no queréis bordarlas irán sin bordados. Así las tuyas lucirán más.
MAGDALENA: Ni las mías ni las vuestras. Sé que yo no me voy a casar. Prefiero llevar sacos al molino. Todo menos estar sentada días y días dentro de esta sala oscura.
BERNARDA: Eso tiene ser mujer.
MAGDALENA: Malditas sean las mujeres.
BERNARDA: Aquí se hace lo que yo mando. Ya no puedes ir con el cuento a tu padre. Hilo y aguja para las hembras. Látigo y mula para el varón. Eso tiene la gente que nace con posibles.

FEDERICO GARCÍA LORCA, La casa de Bernarda Alba.


5. [1,5 PUNTOS] Valor estilístico del verbo en el fragmento de la intervención de Bernarda: En ocho años que dure el luto no ha de entrar en esta casa el viento de la calle. Haceros cuenta que hemos tapiado con ladrillos puertas y ventanas. Así pasó en casa de mi padre y en casa de mi abuelo. Mientras, podéis empezar a bordaros el ajuar. En el arca tengo veinte piezas de hilo con el que podréis cortar sábanas y embozos. Magdalena puede bordarlas.


miércoles, 30 de mayo de 2018

LA DIGNIDAD Y EL ESFUERZO


Si ahora les digo que voy a tratar de los Juegos Paralímpicos de Atlanta, seguro que empiezan a imaginarse un contenido que exaltará la fiereza indomable de la voluntad humana contra las limitaciones de la discapacidad física, etcétera, etcétera. Bueno, pues no. Mi opinión es que los Juegos Paralímpicos no constituyen un momento glorioso, sino que promueven un lamentable malentendido. Con todos los respetos, me parecen una chorrada monumental. […] Intentaré razonarles a mi modo el asunto. Por lo visto, esas competiciones paralímpicas pretenden probar que las personas con minusvalías físicas no son inferiores en dignidad ni merecen menos admiración – sino en todo caso más– que quienes no las padecemos. Estoy tan de acuerdo con este planteamiento que esos Juegos me parecen más bien una humillación extravagante en vez de su confirmación. Es evidente que una persona sin piernas no es capaz de correr como quien las tiene: lo importante entonces no es demostrar que si se empeña podrá a pesar de todo correr más o menos bien, sino que una persona que no está capacitada para correr no por ello es menos humana que las demás y que es apta para realizar otras muchas cosas en la vida para las que no se necesita tener piernas. En cuanto se les da la ocasión adecuada, los minusválidos prueban que no estamos meramente determinados por lo físico, sino que podemos buscar la excelencia de modo versátil y que hay mil modos diversos para saber ganarse el reconocimiento social. Un tetrapléjico como Stephen Hawking no necesita nadar a trancas y barrancas ni disparar un arco con la boca para conquistar nuestro respeto: su ejemplo indica que en la vida hay otras cosas humanamente importantes aparte de nadar o tirar con arco. Si, en cambio, se hubiese obstinado en hacer atletismo sólo habría sorprendido por su cabezonería, convocando el asombro malicioso que rodea a los fenómenos de circo.
Los Juegos Olímpicos son la ocasión para que los hombres y mujeres demuestren su perfección en ciertos ejercicios físicos, admirables cuando se realizan bien, pero  perfectamente prescindibles. No entiendo por qué quienes sufren algún impedimento para tales destrezas se han de empeñar en remedarles con mayor o menor acierto, cuando hay tantas otras cosas que hacer. Lo importante es que la sociedad no les margine y les brinde ocasión de probar su valía en aquello para lo que realmente son tan capaces como cualquiera…, aunque no se ganen así medallas compasivas.
La dignidad y el esfuerzo, Fernando Savater , El Mundo, 12 de marzo de 1996

miércoles, 25 de abril de 2018

MODERNO



¿Han padecido ustedes alguna vez a esos fastidiosos predicadores —disculpen el pleonasmo— que atribuyen las deficiencias espirituales de nuestra época, su escasez de alma, ah, oh, al abuso de Internet o a la fijación con los smartphones? Pues consuélense, lamentos semejantes se han oído en todas las épocas, acusando a diversos y sucesivos inventos: la imprenta, la máquina de vapor, la bicicleta, la radio de galena, el ferrocarril, el bidet, la electricidad, la píldora anticonceptiva, la olla a presión… ¡Platón reprochó a la escritura la pérdida de memoria de los humanos, nobles guerreros han asegurado que desde que aparecieron las armas de fuego se acabó el coraje viril en el campo de batalla y Pol Pot fusilaba a los que llevaban gafas por reconocerlos como intelectuales contumaces! Es curioso que todos prefieran creer que son los avances tecnológicos los que corrompen al espíritu humano (como si fueran otra cosa que una de sus realizaciones más características) y disipan las virtudes, en lugar de aceptar que son nuestros tenaces vicios espirituales los que acaban pervirtiendo los inventos más beneficiosos.
Los peores son esos beatos que pretenden alejar a los niños de las tecnotentaciones en vez de enseñarles a convertirlas en oportunidades geniales. Contra ellos, el ejemplo admirable de Román, un niño inglés de cuatro años. Su madre sufrió un desvanecimiento grave y él activó el móvil con la huella del dedo de la mujer, llamó a Siri para pedir una ambulancia y luego a la policía para informar de lo ocurrido y de su dirección. ¡Salvada! Dicen que Román es un héroe porque conservó la serenidad donde muchos la hubiéramos perdido, tomó la decisión eficaz y la puso en práctica con tino. Pero además es un héroe moderno, técnico, literalmente progresista. Gracias, Román el bien llamado…
Fernando Savater (El País, 1/04/2017)


COMENTARIO CRÍTICO DEL TEXTO [BLOQUE II]: [4 PUNTOS]

1. [1 PUNTO] Tema y estructura del contenido del texto.
2. [1,5 PUNTOS] Actitud e intencionalidad del autor. Justificación con elementos lingüísticos relevantes.
3. [1,5 PUNTOS] Valoración personal del texto.

CUESTIONES DE LENGUA [BLOQUE III]: [3 PUNTOS]

4. [1,5 PUNTOS] Explique, bien con una definición o bien con tres sinónimos, el significado contextual de las siguientes palabras y expresiones extraídas del texto: fastidiosos (línea 1), coraje (línea 7), corrompen al espíritu (línea 9), beatos (línea 12), desvanecimiento (línea 14).
5. [1,5 PUNTOS] Señale el tipo y función, si procede, del que en las siguientes oraciones extraídas del texto:
a) Es curioso que todos prefieran creer que son los avances tecnológicos los que corrompen al espíritu humano.
b) Los peores son esos beatos que pretenden alejar a los niños de las tecnotentaciones.
c) Dicen que Roman es un héroe porque conservó la serenidad.


COMENTARIO CRÍTICO DEL TEXTO [BLOQUE II]: [4 PUNTOS]

1. [1 PUNTO] Resumen del texto.
2. [1,5 PUNTOS] Tipo de texto y modo de discurso. Justificación con elementos lingüísticos relevantes.
3. [1,5 PUNTOS] Valoración personal del texto.

CUESTIONES DE LENGUA [BLOQUE III]: [3 PUNTOS]

4. [1,5 PUNTOS] Explique, bien con una definición o bien con tres sinónimos, el significado contextual de las siguientes palabras y expresiones extraídas del texto: predicadores (línea 1), deficiencias espirituales (línea 2), viril (línea 7), tenaces (línea 10), con tino (línea 17).

lunes, 23 de abril de 2018

ESTILÍSTICA DEL ADJETIVO: EBAU, SEPTIEMBRE 2017. A LA CARTA


Pese a que el estómago moderno se ve condenado a aceptar toda clase de comida basura, no por eso a la hora de digerirla deja de ser muy delicado, exigente y reactivo, cosa que no se puede decir del cerebro humano, un órgano increíblemente sofisticado, pero incapaz de rechazar la basura intelectual que recibe cada día. El estómago tiene en el olfato y en el gusto dos controles de entrada de los alimentos. Todo va bien si le gustan; en caso contrario el estómago te lo hace saber enseguida. La acidez y la indigestión constituyen sus primeras formas de rechazo, que pueden llegar al vómito o a la gastroenteritis cuando detecta un grave peligro de intoxicación. A su manera el cerebro humano también recibe gran cantidad de alimento intelectual deteriorado todos los días, pero carece de un mecanismo de autodefensa que le proteja del veneno que conllevan algunas ideas. Los múltiples e infames rebuznos de las redes sociales, las noticias tóxicas y manipuladas de los telediarios, la grumosa sociedad ambiental de la corrupción política que uno se ve obligado a respirar, los insoportables gallineros de algunas tertulias que llenan el espacio de opiniones estúpidas, si toda esa bazofia fuera comida, el estómago la vomitaría de forma violenta enseguida, pero he aquí que el cerebro la acepta de buen grado, la amasa con las neuronas, la hace suya y pese a ser tan letal ni siquiera reacciona con una ligera neuralgia o con un leve dolor de cabeza. El estómago podría servirle de ejemplo al cerebro. Comer poco, bueno y sano se ha convertido en una moda culinaria, casi en una forma de espiritualidad. También se puede aplicar al cerebro la dieta mediterránea para desintoxicarlo. He aquí la carta: una mínima dosis de noticias imprescindibles, un buen libro en la mesilla de noche, alguna serie de TV, música clásica y el móvil siempre apagado.
Manuel Vicent, (El País 19/03/2017)



CUESTIONES DE LENGUA [BLOQUE III]:

4. [1,5 PUNTOS] Valor estilístico del adjetivo en el siguiente fragmento: Los múltiples e infames rebuznos de las redes sociales, las noticias tóxicas y manipuladas de los telediarios, la grumosa sociedad ambiental de la corrupción política que uno se ve obligado a respirar, los insoportables gallineros de algunas tertulias que llenan el espacio de opiniones estúpidas, si toda esa bazofia fuera comida, el estómago la vomitaría de forma violenta enseguida.

POSIBLE RESPUESTA: Recuerda que tienes que analizar los adjetivos que hay en el fragmento, describiéndolos ([0,5 p] forma [cómo se han compuesto –primitivo, derivado, compuesto o parasintético, y si hay algún diminutivo/aumentativo–, grado positivo/comparativo/superlativo], posición [antepuesto o pospuesto, envolvente, acumulado, gradación, binarios-ternarios] y función [adyacente, atributo o predicativo]), analizándolos ([0,5 p] especificativo, explicativo, relacionales, descriptivos, valorativos, epítetos) y marcando (0,5 p) cuál es el valor que desempeña en el texto, por qué y cómo lo usa el autor. 

El autor adjetiva de manera contundente para dejar clara su opinión. Para ello se vale de adjetivos envolventes (múltiples e infames rebuznos de las redes sociales, grumosa sociedad ambiental, insoportables gallineros de algunas tertulias) para rodear al sustantivo y valorarlo de manera amplia. La mayoría de adjetivos son derivativos en grado positivo (infames, sociales, tóxicas, manipuladas,…) en función de adyacente, incluyendo un par de subordinadas adjetivas especificativas con la misma función ("que uno se ve obligado a respirar", "que llenan el espacio de opiniones estúpidas") y un par de complementos de nombre regidos por preposiciones que también complementan al sustantivo ("de los telediarios", "de las redes sociales", "de la corrupción política", "de algunas tertulias") y que especifican dónde se han realizado esos actos. También destacan algunos adjetivos relacionales (redes sociales, corrupción política, sociedad ambiental), que buscan describir objetivamente a qué está criticando. En definitiva, las connotaciones peyorativas de muchos de los adjetivos nos muestra sin lugar a dudas qué piensa el autor sobre el tema tratado.